Brizna de Mendoza

24 de octubre de 2015

“Hoy el mensaje de Kafka está más vigente que nunca”. Eduardo Mendoza. Falsario. “Este premio es como una transfusión”. Eso sí. Nunca me ha gustado Mendoza. Le di dos oportunidades y media; las desaprovechó; presiento que si le hubiese dado siete, las habría despilfarrado todas. Pero, como antes que al mundo, hay que ponerse en duda uno mismo, le vigilé a media distancia; incluso asistí a una conferencia que tuvo el mérito de convertir en un gran anacoluto; etcétera; seguí comprobando sus escasas dotes para el arte de la escritura. Caerá muy bien, ignoro por qué, pero que le otorguen el Premio Franz Kafka, ¡con la de blasfemias que soltó por la boca hace unos años!, y tengo debidamente apuntadas, es delito de lesa humanidad. Hay que decirlo: Eduardo Mendoza vive en el siglo XVIII o principios del XIX. Después de leer la noticia del galardón me di con una entrevista a Peter Handke, que me devolvió a la fe: “La invención y la ficción son la verdad”. Y la realidad ramploncilla y el decimonónico ‘sentido de la narración’, la mentira, Eduardo, la mentira. Escribir con plantilla es no escribir.